Castel de Cabra

Historia:

Situado en el extremo oriental de la comarca se asienta en una pintoresca ladera que desciende abruptamente hasta el río Cabra, ofreciendo un entorno paisajístico de gran belleza y valor natural. Castel de Cabra cuenta con un pasado ligado a la influencia de la Orden Militar de Santiago. Durante siglos, fue una aldea dependiente de esta orden, cuyo centro administrativo y espiritual se encontraba en Montalbán. Esta vinculación histórica ha dejado huellas profundas en la identidad y el patrimonio local.

El municipio atesora un conjunto notable de símbolos religiosos y construcciones históricas que reflejan su riqueza cultural. Destaca, sobre todo, la Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, que conserva una torre de origen medieval, vestigio de la antigua fortaleza que dominaba el lugar. El término municipal alberga también dos ermitas de especial interés: Ermita de Santa María Magdalena, destino tradicional de romerías que tienen lugar el primer domingo de junio en el merendero de Adobas. Ermita de San Juan Bautista, ubicada frente al casco urbano, en la margen izquierda del río Cabra, en un paraje de especial encanto.

El edificio del ayuntamiento se compone de dos plantas, destacando en su planta baja una lonja con dos vanos y, en la superior, dos elegantes balcones. Este conjunto arquitectónico se integra armoniosamente en el trazado urbano tradicional. Además, Castel de Cabra conserva un interesante número de peirones, cruceros populares típicos de Aragón, que aún permanecen en pie. Entre ellos destacan: El Peirón de Santiago, una construcción del siglo XX situada a la entrada del pueblo, junto a la carretera nacional, que rompe con la tipología